QUE ES EL DUELO
El duelo es un término que viene del latín que
significa dolor y aflicción. Es definido como una reacción natural que surge
tras la pérdida de una persona, objeto, evento significativo o rompimiento de
un vínculo afectivo, causando en la persona que lo padece una reacción
emocional y de comportamiento en forma de sufrimiento y aflicción; la cual
incluye componentes psicológicos, físicos y sociales, con una intensidad y
duración proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida. Meza E,
García S, Gómez A, Castillo L, Súarez S, Martínez B (2008).
DURACIÓN DEL DUELO
En la actualidad no se sabe con exactitud la
duración del duelo, debido a que este es un acontecimiento impactante en la
persona que llega a modificar estructuras familiares y formas de vida ya
estructuradas, por lo tanto es muy difícil predecir el tiempo que pueda durar
la persona para asimilar la partida y aprender a vivir bajo la ausencia del ser
querido. Según lo manifestado por los autores un punto de referencia que conduce
a saber si el proceso de duelo ha culminado es cuando la persona es capaz de
pensar sin dolor en el fallecido, trayendo diferentes recuerdos a su mente y
compartiéndolos con los demás. Meza E, García S, Gómez A, Castillo L,
Súarez S, Martínez B (2008).
ETAPAS DEL DUELO
El Inicio o
Primera Etapa: La primera reacción que surge es el rechazo, la incredulidad que puede
llegar hasta la negación, manifestada por un comportamiento tranquilo e
insensible, o por el contrario, exaltado. Esta fase es de corta duración, se
extiende desde el anuncio de la muerte hasta el término de las honras fúnebres.
Etapa
Central: En esta fase se recuerda
constantemente al desaparecido y se añoran los pequeños detalles de la vida
cotidiana que se compartían con el ser querido; produciéndose
sentimientos de gran soledad, no solamente a nivel social sino también
emocional.
Etapa
Final: La persona es capaz de separarse de los
objetos personales del fallecido, guardando solamente los significativos, es el
periodo de restablecimiento y comienza cuando el sujeto mira hacia el futuro,
donde es capaz de volver a sentir nuevos deseos y de expresarlos.
FASES DEL
DUELO
Negación: Es la primera fase que se presenta
inmediatamente surge el fallecimiento de la persona, esta le facilita a los
miembros del sistema familiar tiempo para movilizar sus defensas y proporciona
un distanciamiento emocional con respecto a lo que sucede en su entorno.
Ira: Esta fase reemplaza a la anterior surgiendo en
el sistema familiar sentimientos de enojo, rabia, cólera, envidia y
resentimiento hacia su entorno. Así mismo se inician los cuestionamiento
del “¿por qué yo?” y ¿por qué a mí?.
Negociación Y
Regateo: Debido a la difícil situación
que atraviesa la persona como consecuencia del fallecimiento de su ser
querido, esta decide posponer su dolor con el objetivo de negociar y llegar a
un acuerdo con los demás miembros de su sistema familiar y consigo mismo para
intentar superar la traumática vivencia y volver a su vida normal.
Depresión: La
afectividad se hace más dolorosa y los sentimientos de vacío son más
reales. Esta etapa depresiva pareciese que fuera a durar para siempre y es
importante comprender que esta depresión no es signo de una enfermedad mental,
sino la respuesta apropiada a una pérdida.
Aceptación: En esta etapa se acepta la
realidad de que el ser querido ha desaparecido físicamente y se reconoce que
este hecho es permanente. Se tiene que reconocer que esta es una nueva realidad
y se tiene que aceptar y aprender a vivir con ella. El individuo empieza a examinar su nueva
situación y a considerar las posibles maneras de enfrentarla.
TIPOS DE DUELO
Duelo Patológico: cuando el dolor se prolonga
considerablemente en el tiempo y no se evidencia ningún cambio significativo en
su recuperación. La característica principal de este es un llanto constate, la
persona no logra volver a su vida normal y desenvolverse adecuadamente en los
diferentes contextos, lo que cual afecta su sistema familiar.
Duelo Anticipado: Es el tipo de duelo que permite
a la familia preparase para el momento
de la muerte de un ser querido. Este se presenta cuando se emite un pronóstico
de incurabilidad ante una enfermedad crónica o terminal, produciéndose sentimientos de tristeza en el núcleo familiar.
Pre duelo: Es un duelo completo en sí
mismo que consiste en creer que el ser querido ha muerto definitivamente “en
estado de salud”. Los familiares tienden a pensar que la persona que está a su
lado ha sido transformada por la enfermedad a tal punto, que en algunos casos no
se le reconoce más por los diferentes cambios que sufre desde su aspecto
físico.
El Duelo Inhibido o Negado: se da en aquellas personas que a causa del fallecimiento
de un familiar se ocupan de otras cosas como atender las diligencias surgidas
por las circunstancias olvidándose de sí mismo. Esto hace que la persona no
tenga un espacio para afrontar e interpretar la realidad y termine por no
aceptar la ausencia de la persona fallecida.
Duelo Crónico: Este tipo de duelo tiene una
duración excesiva y nunca llega a una conclusión satisfactoria. Es decir que a
pesar de los años el fallecido permanece vivo en el recuerdo; la persona no
puede aceptar haber sido despojada de su afecto y sus recuerdos permanecen
intactos desde el momento de su fallecimiento.
DUELO EN LAS DIFERENTES ETAPAS DEL SER HUMANO
Duelo en los niños
La
reacción de un niño frente al duelo, dependerá del momento evolutivo y también de circunstancias externas y en
especial de la situación y actitud de
los adultos que rodean al niño. Las experiencias de pérdida son parte integrante del desarrollo infantil
y la manera en que se estas situaciones
determinará la capacidad de afrontar y
resolver experiencias de pérdida posteriores.
¿Qué se debe hacer?
·
Mantenerse física y emocionalmente cerca del
niño
·
Abrazarlo y escucharlo llorar
·
Dejarle salir a jugar con un amigo
·
Es bueno decirle que, aunque estamos muy tristes por lo ocurrido, vamos a seguir
ocupándonos de él lo mejor posible.
·
Tranquilizarle diciéndole que estaremos ahí
por si nos necesita.
·
Ayudarlo a es
reencontrar el ritmo cotidiano de sus actividades: el colegio, sus
amigos, sus juegos familiares, las
personas que quiere.
·
Asegurarles que vamos a seguir queriendo a la
persona fallecida y que nunca la
olvidaremos.
·
Permitir que participe en los ritos
funerarios
·
Animarle a expresar lo que siente
Aspectos a tener en
cuenta.!
·
Llorar en exceso durante periodos prolongados
·
Rabietas frecuentes y prolongadas
·
Apatía
e insensibilidad
·
Perdida de interés por los amigos y por las actividades que solían
gustarle.
·
Frecuentes pesadillas y problemas de sueño.
·
Pérdida de apetito y de peso.
·
Miedo
de quedarse solo.
·
Comportamiento infantil (hacerse chichi,
hablar como un bebé, pedir comida a
menudo…) durante tiempo prolongado.
• Frecuentes dolores de cabeza solos o acompañados de otras dolencias físicas.
·
Imitación excesiva de la persona fallecida,
expresiones repetidas del deseo de
reencontrarse con el fallecido.
• Cambios importantes en el rendimiento escolar o negativo de ir a la
escuela.
Duelo en los
adolescentes
Para
el adolescente, la muerte es algo tan repentino, que quizás nunca la había
vislumbrado a corto plazo y mucho menos cerca de su entorno. Cuando se produce,
surge un auto cuestionamiento. Constantemente se preguntará: “¿por qué a mí?,
¿qué existe después de la muerte?, ¿cuál es la razón de ser y de existir?” y,
en el caso que exista una formación religiosa, tiene dudas sobre la existencia
de un Ser Superior misericordioso. El
adolescente que sufre una pérdida de esta magnitud entra en una reflexión
profunda sobre la vida y la muerte e incluso puede llegar a formarse conceptos
erróneos o adoptar actitudes hostiles, por ejemplo: “la vida es una y tengo que
vivirla”. Sin embargo, dichas vivencias se convierten en un desenfreno y
libertinaje.
¿Qué se debe hacer?
·
Explicarles y aclararles que la sensación de
extrañeza es normal en este proceso.
·
Brindarles el mayor apoyo posible en estas
circunstancias de dolor.
·
Validarles que cada quien tiene una manera
diferente de reaccionar ante lo perdido.
·
Reconocer que su duelo tiene un ritmo
diferente.
·
Incentivarlos a leer libros espirituales con
los cuales se identifiquen y busquen la paz interior.
·
Ser honestos con las explicaciones sobre lo
sucedido.
·
Respetar su decisión de participar o no en el
funeral, en los ritos y cambios que se generan ante la pérdida.
·
Permitirles los momentos en donde deseen
estar solos y tener espacios para compartir con sus compañeros.
Aspectos a
tener en cuenta.!
·
Síntomas de depresión
·
Dificultades para dormir
·
Baja autoestima.
·
Fracaso escolar o indiferencia hacia las
actividades extraescolares.
·
Deterioro de las relaciones familiares o con
los amigos.
·
Conductas de riesgo: abuso del alcohol y
otras drogas, peleas, relaciones
sexuales sin medidas preventivas…
·
Negación del dolor y alardes de fuerza y
madurez.
Duelo en los adultos
Edad adulta temprana: el adulto
joven tiene mayor probabilidad se sentir la muerte con mayor intensidad emocional
que en cualquier otra etapa de la vida, suelen sentirse frustrados ante la
muerte de un ser querido, ya que no le permite proyectarse con el futuro su
frustración se transforma en rabia.
Edad adulta intermedia: el adulto
tiene más conciencia de la muerte, la percepción del tiempo es diferente y es
posible que se generen cambios positivos en su proyecto de vida, producto de la
resolución exitosa de la crisis en la mitad de la vida.
Duelo en la edad adulta tardía: el duelo es
similar al del niño, necesitan un sustituto que les brinden seguridad ya que la
perdida de la persona querida amenaza esta seguridad, donde suelen presentarse
conductas autodestructivas en un aparente intento de reunión con la persona
perdida. La ancianidad presenta más dificultades para elaborar el duelo y
tienden a reaccionar con manifestaciones somáticas.
¿Qué se debe hacer?
·
Exteriorizar el dolor (expresar el dolor y
las emociones de tristeza, rabia , miedo..)
·
Valorar los momentos vividos con el fallecido
·
Elaborar su proyecto de vida
·
Aceptar la perdida (hablar de su perdida,
contar las circunstancias de la muerte, visitar el cementerio)
·
Recoger las pertenencias del fallecido
·
Aplace decisiones importantes (como vender la
casa, dejar el trabajo, iniciar una nueva relación)
·
Busque y acepte el apoyo de otros
Aspectos a tener en cuenta..!
·
Dolor de cabeza
·
Pérdida del apetito
·
Insomnio
·
Perdida de la memoria
·
Irritabilidad
·
Síntomas de depresión
·
Intentos de susidio
·
Llanto frecuente
DAR EXPRESIONES A LAS EMOCIONES Y AL DOLOR
Es
imposible perder a alguien a quien se ha estado profundamente vinculado sin
experimentar cierto nivel de dolor. La pérdida implica tanto el dolor físico
que mucha gente experimenta, como el dolor emocional. Por lo tanto los miembros
de la familia han de expresar, compartir y admitir una gama amplia de
sentimientos que afloran y contenerlos en el ámbito familiar buscando así un
proceso evolutivo del duelo, donde dicha
evolución dependerá de diferentes factores como el sistema de límites, la
estructura familiar.
IMPORTANCIA DE LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA
La
intervención psicológica consiste en la aplicación de principios y técnicas por
parte de un profesional con el fin de ayudar a otras personas a comprender,
reducir o superar sus problemas y prevenir la ocurrencia de los mimos, el objetivo principal es velar por el
bienestar y calidad de vida de los seres humanos, por ello ante la pérdida de
un ser querido la persona se ve expuesta a experimentar nuevas emociones trayendo
consigo problemáticas o necesidades en las cuales el profesional de la salud puede
aportar significativamente.
ESTRATEGIAS PARA LA ELABORACIÓN DEL DUELO
1. Darse tiempo y permiso para normalizar la vida,
evaluando lo que es valioso o no y aceptando un nuevo estilo de vida y
obteniendo crecimiento, conciencia y visión personal.
2. Reconocer la pérdida a nivel mental y emocional.
Acercarse a la perdida, contarlo, recordar lo sucedido.
3. Liberar todos los sentimientos. Entender el
llanto como una herramienta de sobre vivencia.
4. Desarrollar adaptabilidad, nuevas aptitudes.
5. Establecer nuevas relaciones y motivaciones.
6. Establecer metas diarias para activar
motivación.
7. Reconocer y disfrutar los momentos
alegres.
8. desarrollar diferentes actividades en familia
(juegos, paseos, reuniones entre otros.)
9. Aferrándose más a dios o las diferentes
creencias religiosas a las que pertenece.
MIS DERECHOS TRAS LA MUERTE DE UN SER QUERIDO..!
Tengo derecho a tener mis sentimientos por la muerte de un ser
querido
Puedo
enfadarme, sentirme triste o solo/a. Puedo tener miedo. Puedo sentirme
insensible a lo que me rodea, o a veces, pudo no sentir nada en absoluto.
Nadie sentirá exactamente lo mismo que
yo.
Tengo derecho a hablar de mi dolor siempre que tenga ganas
Cuando
necesite hablar, encontraré a alguien que me escuche y me quiera. Cuando no quiera hablar, no pasa nada;
también estará bien.
Tengo derecho a expresar los sentimientos a mi manera
Cuando
los niños sufren, les gusta jugar para sentirse mejor durante un rato.
Puedo jugar y reírme. También puedo
enfadarme y portarme mal. Esto no quiere decir
que sea malo/a, sino que tengo sentimientos que me asustan y que
necesito que me ayuden.
Tengo derecho a que los demás me ayuden a sobrellevar el dolor
Especialmente
los adultos que me quieren. Básicamente necesito que presten atención a lo que siento y lo que digo, y que
me quieran pase lo que pase.
Tengo derecho a disgustarme con los problemas normales y
cotidianos
A
veces puedo estar de mal humor y puedo tener problemas en las relaciones.
Tengo derecho a sufrir oleadas de dolor
Las
oleadas de dolor son sentimientos de tristeza repentinos e inesperados que
a veces me invaden, incluso mucho tiempo
después de la muerte de una persona.
Estos sentimientos pueden ser muy fuertes e incluso pueden dar miedo.
Cuando me siento así a lo mejor tengo
miedo de estar solo/a.
Tengo derecho a utilizar mi fe en Dios para encontrarme mejor
Puede
que rezar me haga sentir mejor y, de algún modo, más cerca de la persona que ha muerto
Tengo derecho a preguntarme por qué ha muerto la persona querida
Sin
embargo, si no encuentro una respuesta, no pasa nada. Las preguntas sobre
la vida y la muerte son las más
difíciles de contestar.
Te invitamos a vivir
El sufrimiento puede enseñar un nuevo sentido a la vida. A cambiar tus valores
y prioridades. Quizá ahora te parezca imposible. Pero iras encontrándote mejor.
Serás capaz de perdonar sin odiar. Llegará un día en que podrás decir
que la vida continua y que te sientes feliz por estar vivo.